Guiengola a la vista: LiDAR traza una ciudad zapoteca de 360 hectáreas en la selva de Oaxaca

Render aéreo con LiDAR que muestra terrazas, plazas y muros defensivos bajo la cubierta forestal en Guiengola, Oaxaca
Los datos de LiDAR ponen a Guiengola en foco y revelan una ciudad planificada con barrios, caminos, canchas de juego de pelota y largos muros defensivos bajo el dosel del bosque.

Qué descubrió la nueva investigación

Los recientes levantamientos con LiDAR han redibujado el mapa de Guiengola, en el Istmo de Oaxaca. Durante mucho tiempo se la consideró un bastión militar. Hoy emerge como una ciudad plenamente desarrollada con un plan urbano organizado. El estudio identifica un área de aproximadamente 360 hectáreas, más de 1,100 plataformas de edificios, cerca de cuatro kilómetros de muros defensivos, caminos internos, plazas, templos y canchas de juego de pelota. La traza separa recintos de élite de barrios populares, lo que sugiere una vida política compleja cercana al momento de la llegada española. Para quienes aman Monte Albán, esta es una historia complementaria que amplía el mundo zapoteco más allá del valle.

Dónde encaja Guiengola en la cronología zapoteca

Monte Albán floreció durante siglos en una cima que dominaba el Valle de Oaxaca. Guiengola, más al sur cerca de Tehuantepec, pertenece a una etapa posterior en la que las comunidades zapotecas gestionaban alianzas cambiantes, corredores comerciales y presiones regionales. La imagen que ofrece el LiDAR sugiere una ciudad preparada tanto para la ceremonia como para la defensa. Un lugar donde plazas rituales convivían con líneas de fortificación. Esa doble identidad, cívica y militar, convierte a Guiengola en un caso singular para entender cómo reaccionan las ciudades cuando los tiempos se vuelven inciertos. El hallazgo no disminuye a Monte Albán. Añade un relato paralelo que ayuda a comprender cómo el corazón zapoteco se extendió hacia el Istmo con su propio estilo, clima y conexiones.

Por qué esto importa a quienes viajan ahora

El valor del trabajo con LiDAR no es solo académico. Proporciona una base cartográfica precisa que guía la conservación, la señalización y el acceso controlado. Esto se traduce en senderos mejor definidos, interpretación más clara y menos riesgos de pisar rasgos frágiles. Para planear un viaje, la investigación indica que Guiengola probablemente recibirá más atención en las próximas temporadas, desde visitas guiadas coordinadas con las comunidades locales hasta actualizaciones museográficas que incorporen los nuevos datos. Si ya caminaste las plazas de Monte Albán y quieres un paisaje distinto que siga hablando zapoteco, el Istmo ofrece ese contraste, con selva tropical y vientos costeros que cambian la percepción de la piedra y el espacio.

Cifras clave que conviene recordar

Superficie mapeada, alrededor de 360 hectáreas. Elementos arquitectónicos, más de 1,100 plataformas. Muros defensivos, aproximadamente cuatro kilómetros que protegen rutas y accesos. Zonas urbanas, sectores de élite y comunes que reflejan jerarquía social. Espacios públicos, plazas y canchas de juego de pelota para ceremonia y deporte. Estas cifras se traducen en tiempo sobre el terreno. Incluso un recorrido breve deja ver terrazas que descienden por las laderas y muros que encuadran el movimiento dentro del sitio. El LiDAR ayuda a ver lo que el bosque oculta y lo que pretendieron sus constructores.

De los píxeles al lugar: cómo LiDAR cambió la mirada

LiDAR, siglas en inglés de detección y alcance por luz, envía pulsos láser desde el aire y mide su retorno. El software filtra la vegetación para exponer el terreno desnudo, donde terrazas, rampas y plataformas antiguas aparecen como sutiles cambios de elevación. En el papel parece una ciudad fantasma. En el terreno se convierte en una guía que concentra el trabajo de los equipos y mantiene a las personas visitantes donde deben estar. Este enfoque ya transformó el mapeo maya en Campeche y Chiapas. Llevarlo a Guiengola demuestra su potencia para Oaxaca, sobre todo en regiones donde la densa maleza cubre casi por completo la arquitectura.

Qué sigue para el patrimonio y la comunidad

La buena investigación invita a una gestión cuidadosa. Es de esperar colaboración entre arqueólogos, autoridades locales y comunidades cercanas a Tehuantepec. Las prioridades incluyen estabilizar muros vulnerables, documentar materiales en superficie antes de que las lluvias los desplacen y preparar información para visitantes que respete la ciencia y la memoria local. Quienes viven hoy junto a Guiengola conservan hilos del pasado de la ciudad. Su conocimiento, desde los nombres de parajes hasta el uso estacional de veredas, forma parte del rompecabezas de conservación. Cuando la interpretación incorpora esas voces, la visita se siente arraigada y no abstracta.

Conclusión para quienes visitan

Oaxaca acaba de sumar un capítulo convincente a su historia arqueológica. Si Monte Albán es la introducción clásica, Guiengola es el giro de la trama que te hace repensar el guion completo. Con el LiDAR como reflector, las terrazas y plazas que yacían silenciosas bajo las hojas ahora hablan con claridad. Para las personas viajeras, esa claridad significa contexto más rico, recorridos más inteligentes y una comprensión más profunda de cómo prosperó el mundo zapoteco en paisajes diversos.

Referencias (URL)

  • https://phys.org/news/2025-01-remote-tools-yield-insights-abandoned.html
  • https://www.smithsonianmag.com/smart-news/researchers-thought-it-was-just-a-fortress-it-turned-out-to-be-a-lost-zapotec-city-180986076/
  • https://www.theartnewspaper.com/2025/02/18/laser-analysis-reveals-zapotec-city-guiengola-mexico
  • https://archaeology.org/news/2025/01/31/lidar-survey-maps-zapotec-city-in-mexico/
  • https://mexiconewsdaily.com/culture/lidar-study-sheds-light-on-lost-city-in-oaxaca/

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